4. Tipos de mieloma
El mieloma múltiple se suele definir como una enfermedad individualizada y diferente al resto de cánceres. Tiene un tratamiento partícular y diferente de otros. Sin embargo, según las distintas manifestaciones, ciertos subtipos de mieloma se corresponden con algunas características, tanto en términos de respuesta al tratamiento como en términos de las complicaciones que puedan sufrir o experimentar los pacientes.
Los diferentes tipos de mieloma se basan en el tipo de inmunoglobulina (paraproteína) producida en la célula del mieloma. Cada inmunoglobulina tiene una estructura específica con dos componentes principales: cadenas pesadas así como dos cadenas ligeras, que se ensamblan en una única molécula.
Hay cinco tipos posibles de cadenas pesadas, que se definen con letras G, A, D, E y M, y dos tipos de cadenas ligeras que se marcan con las letras griegas Kappa (k) y Lambda (X). Cada inmunoglobulina individual (en adelante, Ig) puede tener únicamente uno de los tipos de cadenas pesadas y uno de los tipos de cadenas ligeras. En las personas que no padecen mieloma encontramos todas las combinaciones posibles y las inmunoglobulinas son por tanto policlonales. En el mieloma, como se ha mencionado, solo existe una única combinación de cadena pesada y cadena ligera, la proteína monoclonal.

El 65% de los pacientes de mieloma tienen el tipo IgG. Esto significa inmunoglobulina de tipo G (uno de los tipos de cadena pesada posibles), en combinación uno de los tipos de cadena ligera, Kappa o Lambda. El segundo tipo más común es el mieloma IgA, también en combinación con cualquiera de las dos cadenas ligeras. Los tipos IgM, IgE, e IgD tienen una incidencia bastante menor. Es más frecuente que las paraproteinas monoclonales sean de tipo Kappa que Lambda, según la cadena ligera.
Aproximadamente el 30% de los pacientes al mismo tiempo que producen una estructura completa de inmunoglobulina producen también cadenas ligeras en exceso, que no se acoplan a una cadena pesada y que por ser más «pequeñas» se eliminan por la orina. Estas cadenas ligeras desacopladas son detectables en la orina y no tanto en la sangre. En el 20% de los pacientes, las células afectadas por el mieloma producen únicamente cadenas ligeras y nunca llegan a producir cadenas pesadas. Este último caso es el que se conoce como mieloma de cadenas ligeras o de Bence Jones.
En otros casos más aislados, entre el 1 y el 2% de los casos, las células mielomatosas producen muy poca o ninguna inmunoglobulina de ningún tipo, lo cual se conoce como mieloma no secretor que hace que su control y diagnóstico sean más difíciles. Sin embargo, un test de reciente desarrollo llamado Freelite™ ha conseguido detectar cantidades mínimas de cadenas ligeras en la sangre en la mayoría de los pacientes denominados tradicionalmente como no secretores, con lo que se facilita el diagnóstico y control.
Hay también algunas diferencias entre los comportamientos de los diferentes tipos de mieloma. Como se puede imaginar, el mieloma más común o IgG es el que presenta los síntomas asociados habitualmente al mieloma. Por otro lado, el mieloma IgA puede producir en algunos casos la formación de tumores externos al hueso, mientras que el tipo IgD puede estar acompañado de leucemia de células plasmáticas y conlleva más posibilidades de daños al riñón.
Los mielomas de cadenas ligeras o Bence Jones son los más propensos a causar daños al riñón y a depositar componentes de la cadena ligera en los riñones, sistema nervioso u otros órganos. En ocasiones estos depósitos dan lugar a una sustancia denominada «amiloide», dando como resultado una enfermedad denominada amiloidosis, que consiste en el depósito de esta sustancia amorfa procedente de las inmunoglobulinas monoclonales en los tejidos. Es más frecuente que ocurra en los mielomas con cadenas ligeras lambda. También existe la posibilidad de padecer amiloidosis sin tener un mieloma múltiple.