4. Recomendaciones generales

4.1 ¿Qué otras recomendaciones hay que tener en cuenta para seguir una alimentación y un estilo de vida saludable?

Estas recomendaciones pueden ser de utilidad si no experimentas síntomas específicos durante el tratamiento, o cuando estés recuperado.

  • Consume diariamente 5 raciones de frutas o verduras frescas. Incluye una pieza de fruta con alto contenido en vitamina C (naranja, mandarina, pomelo, kiwi, fresa) y una ración de verduras crudas (ensalada, gazpacho, etc.).
  • Utiliza preferentemente el aceite de oliva virgen para cocinar y aliñar. Cocina en olla a presión, horno o microondas y evita los rebozados y guisos con muchas grasas y aceite. Modera el consumo de grasas de origen animal (mantequilla, nata, tocino, etc.), embutidos y alimentos precocinados que las contengan
  • Consume con mayor frecuencia pescado y aves, que carne. Elige carnes de piezas magras (jamón, lomo o solomillo, tanto de cerdo como de ternera). Toma pescados azules al menos dos veces por semana.
  • Elige alimentos frescos o congelados, integrales cuando sea posible, y limita los precocinados, ahumados y salazones
  • Reduce el consumo de azúcar, dulces, bollería industrial y refrescos azucarados.
  • Si tienes sobrepeso u obesidad, toma la leche y los derivados semidesnatados o desnatados
  • Toma entre 2 y 2,5 litros de líquido al día. Los líquidos más recomendables son el agua, las infusiones, los caldos desgrasados y los zumos naturales. Utiliza la sal con moderación; sustitúyela por otros condimentos, como el vinagre, el limón y diferentes especias para aumentar el sabor
  • Limita el consumo de alcohol a 1 copa de vino, cerveza o sidra al día, si eres mujer; si eres hombre, no más de 2 al día.
  • Come despacio, masticando bien, y no realices otras actividades al mismo tiempo (leer, ver TV, etc.); si es posible, come en compañía
  • Planifica la compra periódicamente y adáptala a la elaboración de los menús.
  • Elige alimentos propios de cada estación y almacénalos adecuadamente, en lugares frescos y secos (pasta, arroz, legumbres, etc.), en frigorífico (verduras y frutas frescas, lácteos, huevos, carnes, pescados) o en congelador para conservar más tiempo los crudos y cocidos
  • Consulta el etiquetado que acompaña a los alimentos: es un medio muy útil para conocer el contenido en sustancias nutritivas. Evita los alimentos con alto contenido en azúcar, en grasas saturadas, grasas trans o hidrogenadas, y aceites de palma, palmiste y coco, que se encuentran principalmente en la bollería industrial, en los aperitivos salados y en algunos productos precocinados
  • No olvides que «comer es un placer» al que no se debe renunciar, porque además contribuye a mantener una buena salud mental y a mejorar el estado de ánimo
  • Toma el sol diariamente (sin excederte y con crema de protección solar), porque sus rayos son una excelente fuente de vitamina D.
  • Camina diariamente en tus desplazamientos, sube escaleras, etc. Además, si te es posible, realiza ejercicio físico 30-45 minutos, 3 días por semana de forma regular (montar en bicicleta, natación, clases colectivas de gimnasia, etc.).
  • Evita tomar suplementos vitamínicos y proteicos sin la supervisión y el consejo de tu equipo sanitario

 

 

4.2 Si tengo poco apetito y me cuesta comer, ¿Qué puedo hacer?

El consumo insuficiente de alimentos, bien por falta de apetito, bien por dificultad al tragar o masticar, etc., junto con el aumento de las necesidades nutricionales, pueden condicionar la aparición de malnutrición, que se asocia a una mayor frecuencia de complicaciones derivadas de la propia enfermedad o de los tratamientos y que puede conducir a un empeoramiento de la calidad de vida. Para conseguir un consumo suficiente de alimentos, ten en cuenta los consejos siguientes:

  • Aumenta el número de comidas a lo largo del día. Procura comer poco y frecuentemente. Es la mejor opción, porque tratar de incrementar la cantidad de comida en una sola toma es más difícil de lograr y se tolera peor; además puede aparecer sensación de pesadez, digestiones más lentas, molestias abdominales, náuseas, etc.
  • Ten siempre a mano alimentos apetecibles y de fácil consumo para comer entre horas: frutos secos, galletas, bollería casera, etc
  • Si no consigues comer una mayor cantidad de alimentos, modifica la forma de cocinar según las recomendaciones que encontrarás más adelante
  • Evita el consumo de alimentos desnatados, light o bajos en calorías

Para aumentar el aporte de calorías

Añade a las comidas los siguientes alimentos:

image018

Para aumentar el aporte de calorías y proteínas

Añade a las comidas los siguientes alimentos:

image020

EJEMPLOS DE MENÚS:

image022

image024

image027

 

4.3 ¿Puedo encontrar preparados comerciales que sean muy concentrados, fáciles de preparar y que me ayuden a estar mejor nutrido?

En tu farmacia puedes encontrar preparados comerciales de alto valor nutricional en líquido o en polvo de diferentes sabores, dulces o salados, semejantes a las papillas infantiles, adaptados a las necesidades nutricionales del adulto (alimentación básica adaptada) que se pueden reconstituir con caldo, leche, etc.

image029

También los enriquecedores dietéticos pueden serte de utilidad; son preparados en polvo o líquidos, a base de carbohidratos, proteínas o aceites especiales, que puedes añadir a las comidas ya preparadas para incrementar su valor nutricional.

Adecua tu menú diario y semanal siguiendo las frecuencias recomendadas de cada grupo de alimentos (ver tabla 5)