3. Síntomas y manifestaciones

La mayoría de los problemas médicos relacionados con el mieloma son causados por la acumulación de las células del mieloma en la médula y la presencia de paraproteínas en la sangre o en la orina.

Los síntomas más comunes del mieloma múltiple son:

Dolor óseo

La mayoría de los pacientes sienten dolor en los huesos, principalmente en la espalda, cadera, costillas, pelvis o cráneo. Mediante una prueba de rayos X se puede comprobar la presencia de lesiones líticas, que son áreas debilitadas y reblandecidas en los huesos, que son dolorosas y que pueden provocar incluso su fractura. Se debe a que las células mielomatosas hacen que los osteoblastos no funcionen de manera normal en la reconstrucción del hueso, y que los osteoclastos aceleren la erosión del hueso.

Bajo recuento sanguíneo

El crecimiento sin control de las células mielomatosas, provoca que éstas ocupen en la médula ósea el lugar que deberían ocupar las células que dan lugar a glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Se produce así:

  • Anemia, por un número reducido de glóbulos rojos, y se manifiesta como debilidad, dificultad para realizar esfuerzos, mareos, etc.
  • Leucopenia, por la escasez de glóbulos blancos, con lo que disminuye la respuesta del organismo a infecciones, que son más recurrentes.
  • Trombocitopenia, por el bajo recuento de plaquetas en sangre, provocando sangrados abundantes con la menor herida. Así, son habituales las hemorragias nasales, y en las mujeres un aumento del flujo menstrual.

Hipercalcemia

Como ya se ha mencionado, las células mielomatosas hacen que los osteoclastos aceleren la erosión del hueso, con lo que se provoca una liberación de calcio desde el hueso hacia la sangre. Los altos niveles de calcio en la sangre pueden provocar en el paciente debilidad, somnolencia y confusión; también estreñimiento grave, pérdida de apetito, mucha sed, y necesidad continua de orinar que puede causar deshidratación e incluso insuficiencia renal. Si el nivel de calcio en sangre es demasiado alto, puede causar un estado de coma.

Problemas renales

Las paraproteínas producidas por las células mielomatosas pueden provocar daños en los riñones, que comienzan a fallar, y pierden su capacidad para eliminar desechos, sales y líquidos sobrantes. Puede provocar hiperuricemia, por el aumento de la concentración del ácido úrico en sangre, ya que los riñones no son capaces de eliminarlo. La insuficiencia renal provoca en el paciente debilidad y retención de líquidos con edemas en las extremidades inferiores.

Infecciones recurrentes

Como ya se ha mencionado anteriormente, las células plasmáticas anormales del mieloma, al crecer descontroladamente en la médula ósea, desplazan de ésta a las células normales, entre ellas los linfocitos y las células plasmáticas normales. Sin ellas, el organismo no puede producir anticuerpos que ayuden a responder a las infecciones. El paciente de mieloma contrae infecciones, principalmente de origen bacteriano, y responde con lentitud al tratamiento. Estas personas pueden estar enfermas durante mucho tiempo antes de dar con la causa. Neumonías, pulmonías y otras infecciones de las vías respiratorias son habituales en las fases tempranas del mieloma, mientras que las infecciones de las vías urinarias son más habituales cuando la enfermedad está en una fase avanzada.

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