3. Actividad normal de las células de la sangre

La producción de todas las células sanguíneas está muy regulada: tener demasiadas es tan malo como no tener suficientes. Como se explica anteriormente, las células sanguíneas son descendientes de las denominadas células madre que residen en la médula ósea. Estas células madre son precursoras que tienen el potencial de crear cualquiera de los tipos de células sanguíneas.

La formación de nuevas células sanguíneas depende de un cierto código, de manera muy parecida a los complicados mapas de construcción necesarios para producir un ordenador, un avión o un gran edificio. Cada célula de nuestro organismo lleva este mapa en su interior: es el denominado código genético o ADN.

Si el ADN de las células madre contiene errores, la producción de células sanguíneas deja de ser normal. Esto sucede normalmente en los Síndromes Mielodisplásicos (en adelante SMD): hay errores en el ADN de las células madre y en vez de producir células sanguíneas normales, el organismo produce células defectuosas, incapaces de cumplir sus funciones correspondientes, es decir, transporte de oxígeno, defensa contra microorganismos o producción de coágulos sanguíneos.

Algunas de las células sanguíneas «imperfectas» también mueres antes, de modo que el organismo no sólo tiene un problema con la producción sino con la supervivencia de las mismas.

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