12. Atención de seguimiento
El seguimiento médico es importante para todos los pacientes con leucemia linfoblástica aguda. La atención de seguimiento le permite al médico determinar si es necesario administrar más tratamiento.
Los niños y los adultos deberían acudir a su médico especialista para consultas de seguimiento. Los pacientes deberían hablar con el médico para determinar la frecuencia de las consultas de seguimiento. Pueden preguntar qué pruebas médicas necesitarán programar. También pueden averiguar la frecuencia necesaria de las pruebas. Es importante que los pacientes obtengan una copia del historial de todos los tratamientos que han recibido para el cáncer. De este modo los médicos pueden hacer el seguimiento adecuado de los efectos tardíos específicos que puedan estar asociados con su tratamiento.
La atención de seguimiento incluye exámenes físicos y pruebas de sangre. A veces, también es necesario realizar pruebas de médula ósea. A medida que progresa el tratamiento, es posible que el médico recomiende plazos más largos entre las consultas de seguimiento.
Esto sucederá si el paciente:
Sigue sin tener signos de leucemia linfoblástica aguda según las pruebas médicas.
Consejos sobre sus pruebas médicas para la Leucemia Linfoblástica Aguda
Los siguientes consejos pueden servirle para ahorrar tiempo y saber más sobre el estado de su salud. Pregúntele al médico por qué le hacen ciertas pruebas y qué puede esperar de ellas.
Hable sobre los resultados de las pruebas con el médico.
Pida copias de los informes de laboratorio y guárdelos en una carpeta o archivador. Organice los informes por fecha.
Averigüe si será necesario hacer pruebas de seguimiento y cuándo.
Marque en su calendario las fechas de sus próximas citas médicas.
Consejos sobre el autocuidado
- Asista a todas las citas con el médico. En cada consulta, hable con el médico sobre cómo se siente. Haga todas las preguntas que tenga sobre los efectos secundarios.
- Es posible que las personas con leucemia linfoblástica aguda tengan más infecciones que otras personas. Siga los consejos del médico para prevenir infecciones.
- Coma alimentos saludables todos los días. Es aceptable comer cuatro o cinco comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes.
- Comuníquese con el médico si siente cansancio o tiene fiebre u otros síntomas.
- No fume. Los pacientes que fuman deberían obtener ayuda para dejar de fumar.
- Descanse lo suficiente y haga ejercicio. Hable con el médico antes de empezar un programa de ejercicios.
- Mantenga un archivo de la atención médica que recibe, con copias de los informes de laboratorio y los registros del tratamiento.
- Programe exámenes periódicos para la detección del cáncer. Acuda a su médico de atención primaria (de cabecera) para atender otras necesidades médicas.
- Hable con sus familiares y amigos sobre cómo se siente. Si los familiares y los amigos están informados sobre la leucemia linfoblástica aguda y su tratamiento, tal vez se preocupen menos.
- Consulte con un profesional médico si se siente triste o deprimido y si su estado de ánimo no mejora con el tiempo. Por ejemplo, busque ayuda si se siente triste o deprimido todos los días por un período de dos semanas. La depresión es una enfermedad. Se puede y se debería tratar incluso cuando la persona recibe tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda. El tratamiento para la depresión tiene beneficios para las personas con cáncer.
Cambios en el estilo de vida después del tratamiento de la LLA
Usted no puede cambiar el hecho de que ha tenido cáncer. Lo que sí puede cambiar es la manera en que vivirá el resto de su vida al tomar decisiones que le ayuden a mantenerse sano y a sentirse tan bien como pueda. Éste puede ser el momento de revaluar varios aspectos de su vida. Tal vez esté pensando de qué manera puede mejorar su salud a largo plazo. Algunas personas incluso comienzan estos cambios durante el tratamiento.
Tome decisiones más saludables
Para muchas personas, recibir un diagnóstico de cáncer les ayuda a enfocarse en la salud de formas que tal vez no consideraban en el pasado. ¿Qué cosas podría hacer para ser una persona más saludable? Tal vez podría tratar de comer alimentos más sanos o hacer más ejercicio. Quizás podría introducir hábitos de vida que le ayuden a recuperar el control, y no sólo a mantener su salud sino a prevenir otras enfermedades. Éste es un buen momento para considerar incorporar cambios que puedan tener efectos positivos durante el resto de su vida. Se sentirá mejor y estará mejor.
Usted puede comenzar por ocuparse de los aspectos que más le inquieten. Obtenga ayuda para aquellos que le resulten más difíciles.
Aliméntese mejor
Alimentarse bien puede ser difícil para cualquier persona, pero puede ser aún más difícil durante y después del tratamiento del cáncer. El tratamiento puede cambiar su sentido del gusto. Las náuseas pueden ser un problema. Tal vez no tenga apetito y pierda peso involuntariamente. O tal vez ha ganado peso durante el tratamiento y no pueda eliminar el exceso de peso que ha ganado. Recuerde que la meta es un peso saludable. Todas estas cosas pueden causar mucha frustración.
Si el tratamiento le ocasiona cambios de peso o problemas con la alimentación o el sentido del gusto, coma lo mejor que pueda y recuerde que estos problemas usualmente se alivian con el transcurso del tiempo. Puede que encuentre útil comer porciones pequeñas cada 2 o 3 horas hasta que se sienta mejor. Usted puede también preguntar a los especialistas en cáncer que lo atienden sobre consultar con un nutricionista (un experto en nutrición) que le pueda dar ideas sobre cómo lidiar con estos efectos secundarios de su tratamiento.
Una de las mejores cosas que puede hacer después del tratamiento del cáncer es adoptar hábitos saludables de alimentación. Puede que a usted le sorprendan los beneficios a largo plazo de algunos cambios simples, como aumentar la variedad de los alimentos sanos que consume. Lograr y mantener un peso saludable, adoptar una alimentación sana y limitar el consumo de alcohol o de otras sustancias puede reducir su riesgo de padecer varios tipos de cáncer. Además, esto brinda muchos otros beneficios a la salud.
Descanso, cansancio y ejercicio
El cansancio extremo, también llamado fatiga, es muy común en las personas que reciben tratamiento contra el cáncer. Éste no es un tipo de cansancio normal, sino un agotamiento que no se alivia con el descanso. Para algunas personas, el cansancio permanece durante mucho tiempo después del tratamiento, y puede que les resulte difícil hacer ejercicio y realizar otras actividades que deseen llevar a cabo. Los estudios han mostrado que los pacientes que siguen un programa de ejercicios adaptado a sus necesidades personales se sienten mejor física y emocionalmente, y pueden sobrellevar mejor su situación.
Si estuvo enfermo(a) y no muy activo(a) durante el tratamiento, es normal que haya perdido algo de su condición física, resistencia y fuerza muscular. Cualquier plan de actividad física debe ajustarse a su situación personal. Si no ha hecho ejercicios durante el tratamiento, o incluso antes de la enfermedad, recomendamos que comience lentamente, la progresión es importante pero debe darse el tiempo necesario para que su cuerpo adquiera hábito y la resistencia al ejercicio. Una buena idea es comenzar con caminatas cortas, varios bloques de 10 minutos a lo largo del día le ayudarán a establecer esa progresión.
Hable con el equipo médico antes de comenzar. Pregúnteles qué opinan sobre su plan de ejercicios. Luego, trate de conseguir a alguien que le acompañe de manera que no los haga solo. La compañía de familiares o amigos al comenzar un nuevo programa de ejercicios puede aportarle ese estímulo adicional para mantenerlo en marcha cuando la voluntad no sea suficiente. Además será importante retomar la vida social y el ejercicio ofrece una oportunidad para relacionarse, sobre todo si este se realiza al aire libre.
Si usted siente demasiado cansancio, necesitará balancear la actividad con el descanso. Está bien descansar cuando lo necesite. En ocasiones, a algunas personas les resulta realmente difícil tomar descansos cuando estaban acostumbradas a trabajar todo el día o a asumir las responsabilidades del hogar. Sin embargo, éste no es el momento de ser muy exigente con usted mismo. Esté atento a lo que su cuerpo desea y descanse cuando sea necesario.
Tenga en cuenta que el ejercicio puede mejorar su salud física y emocional:
- Mejora su condición cardiovascular (corazón y circulación)
- Junto con una buena alimentación, le ayudará a lograr y a mantener un peso saludable
- Fortalece sus músculos
- Reduce el cansancio y le ayuda a tener más energía
- Ayuda a disminuir la ansiedad y la depresión
- Le puede hacer sentir más feliz
- Le ayuda a sentirse mejor consigo mismo
Además, a largo plazo, sabemos que realizar regularmente una actividad física desempeña un papel en ayudar a reducir el riesgo de algunos cánceres. La práctica regular de actividad física también brinda otros beneficios a la salud.
¿Puedo reducir mi riesgo de que la leucemia progreso o regrese?
La mayoría de las personas quieren saber si hay cambios de estilo de vida específicos que puedan adoptar para reducir el riesgo de que el cáncer progrese o regrese. Lamentablemente, para la mayoría de los cánceres, incluyendo la leucemia linfoblástica aguda, existe poca evidencia sólida que pueda guiar a las personas en cuanto a la prevención de una recurrencia. No hay evidencia que permita conocer cómo evitar una recaída. Sin embargo, esto no implica que no se pueda hacer nada sino que esto aún no se ha estudiado bien. La mayoría de los estudios analizan los cambios en el estilo de vida para prevenir la aparición del cáncer en primer lugar y no tanto para disminuir su progreso o prevenir su regreso.
Sin embargo, sí sabemos que estos cambios pueden tener efectos positivos en su salud que pueden ser mayores que su riesgo de padecer leucemia o de otros tipos de cáncer.
¿Cómo se afecta su salud emocional al tener Leucemia Linfocítica Aguda?
Durante y después del tratamiento es posible que se sienta agobiado con muchas emociones diferentes. Esto les sucede a muchas personas.
Puede que se encuentre pensando sobre la muerte, o acerca del efecto de su cáncer sobre sus familiares y amigos, así como el efecto sobre su vida profesional. Quizás éste sea el momento para revaluar la relación con sus seres queridos.
Otros asuntos inesperados también pueden causar preocupación. Por ejemplo, a medida que usted esté más saludable y acuda menos al médico, consultará con menos frecuencia a su equipo de atención médica y tendrá más tiempo disponible para usted. Estos cambios pueden causar ansiedad a algunas personas.
Casi todas las personas que han tenido cáncer pueden beneficiarse de recibir algún tipo de apoyo. Necesita personas a las que pueda acudir para que le brinden fortaleza y consuelo. El apoyo puede presentarse en diversas formas: familia, amigos, grupos de apoyo, iglesias o grupos espirituales, comunidades de apoyo en línea u orientadores individuales. Lo que es mejor para usted depende de su situación y personalidad. Algunas personas se sienten seguras en grupos de apoyo entre pares o en grupos educativos. Otras prefieren hablar en un entorno informal, como la iglesia. Es posible que algunas personas se sientan más a gusto hablando en forma privada con un amigo de confianza o un consejero. Sea cual fuere su fuente de fortaleza o consuelo, asegúrese de tener un lugar a donde acudir en caso de tener inquietudes.