3. Diagnóstico de la LMC

Diagnóstico al microscopio de la LMC
Si en un paciente se observa el aumento del número de glóbulos blancos y la presencia de glóbulos blancos inmaduros en la sangre, junto con el aumento del tamaño del bazo, el diagnóstico de LMC es altamente probable. Sin embargo, existen otras enfermedades donde podemos encontrar alteraciones parecidas a las de la LMC, sobre todo en otras enfermedades mieloproliferativas crónicas, por lo que es necesario ver la forma de las células que hay en la médula ósea.

Normalmente, la LMC se presenta en es la fase crónica, pero existen formas más avanzadas y para detectarlas es clave el análisis de la médula ósea.

En la LMC en fase crónica la médula está casi toda ocupada por precursores mieloides, es decir por células que van a dar lugar a neutrófilos, basófilos y eosinófilos en distintas etapas de maduración. Las células blásticas, las más inmaduras de todas, no han de representar más del 10% del total. Los precursores de los glóbulos rojos están proporcionalmente disminuidos y los megacariocitos, las células que producen las plaquetas, aumentados en número, pero con una morfología anormal de pequeño tamaño. En esta fase crónica puede haber cualquier tipo de cifra de glóbulos blancos en sangre, pero en la sangre no debe de existir un número muy elevado de basófilos ni un exceso de células inmaduras.

 

Diagnóstico genético de la LMC

Para confirmar el diagnóstico de LMC es necesario confirmar la presencia del cromosoma Filadelfia (Ph) mediante un análisis citogenético, o del oncogen BCR-ABL por técnicas de biología molecular. Este tipo de estudios se deben realizar en las muestras de médula ósea que se extraen para realizar el diagnóstico y también en muestras de sangre o médula durante el seguimiento de la enfermedad durante el tratamiento.

 

Estudio citogenético

Se realiza un cultivo de las células de la médula ósea para que se multipliquen y en el momento de la división celular (mitosis) se realiza el análisis de al menos veinte células, examinando sus cromosomas. El objetivo es comprobar si aparece el cromosoma Ph u otros cromosomas anormales.

 

FISH o hibridación in situ fluorescente

En una pequeña proporción de pacientes con LMC no es posible demostrar la existencia del cromosoma Ph mediante los métodos convencionales de análisis de los cromosomas. En estos casos se puede utilizar alternativamente la técnica denominada de hibridación in situ fluorescente (abreviadamente FISH, por sus iniciales inglesas), que marca los genes BCR y ABL con dos sustancias fluorescentes, por lo que el oncogén BCR-ABL se demostrará así como dos puntos juntos, que corresponden al intercambio genético que se produce en la formación del cromosoma Ph. Esta técnica es mucho más sensible que la anterior para detectar una alteración cromosómica, ya que en cada análisis pueden estudiarse más de quinientas células y puede utilizarse con células en división o no, con lo que el laboratorio no ha de esperar a cultivar las células para que se dividan y pueden dar los resultados más rápidamente.

 

Análisis de biología molecular

El diagnóstico de LMC también se puede confirmar por técnicas de biología molecular por el método de reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus iniciales en inglés). Es un análisis con el que se estudia la secuencia de las moléculas que componen los genes de las células para comprobar si presentan la mutación que produce el oncogén BCR-ABL. La técnica es extraordinariamente sensible, por lo que se ha hecho imprescindible su uso para realizar el seguimiento de la calidad de la respuesta al tratamiento por parte del paciente.

La positividad de cualquiera de las pruebas citadas anteriormente, ya sea la citogenética con el cromosoma Ph, la FISH o la detección del gen de fusión BCR-ABL, permite diagnosticar la LMC.

Una vez confirmado el diagnóstico de LMC, el paciente no suele necesitar ingreso en el hospital para comenzar el tratamiento y la mayoría de las indicaciones se pueden hacer en régimen ambulatorio si se toman las debidas precauciones y se sigue el régimen de consultas médicas.

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