3 Diagnóstico del LCCT

3.1 Atención primaria

Diagnosticar los diferentes tipos de LCCT puede llevar tiempo y el proceso puede variar entre países. Por lo general, una persona con linfoma cutáneo consulta primero a su médico de atención primaria si nota enrojecimiento, picor o protuberancias en la piel. A menudo, estos síntomas pueden confundirse con problemas más comunes como el eccema o la psoriasis. Debido a que algunos LCCT se desarrollan lentamente a lo largo de muchos años, el médico de atención primaria puede tardar en descartar otras afecciones antes de referir al paciente a un especialista, ya sea un dermatólogo o un hematólogo, dependiendo del enfoque del médico y las opciones de especialistas disponibles en el sistema de salud.

3.2 Procedimientos para el diagnóstico del LCCT

3.2.1 Biopsia

Durante este procedimiento, se adormece la zona afectada con anestesia local y se extrae una pequeña muestra de piel. Estas muestras se examinan con un microscopio y se realizan pruebas especializadas para analizar las células, genes y proteínas. A veces, estos análisis se llevan a cabo en laboratorios externos y los resultados se pueden demorar entre 2 y 3 semanas.

Diagnosticar el LCCT no siempre es fácil, incluso para un especialista. En algunos casos, la erupción en la piel no es característica del linfoma, por lo que pueden ser necesarias varias biopsias a lo largo de semanas o meses para confirmar el diagnóstico.

3.2.2 Pruebas, imágenes y exploraciones

Para diagnosticar el LCCT, los médicos utilizan información sobre cómo y cuándo surgió el problema, exploraciones físicas y resultados de biopsias. Además, pueden requerir de una revisión general y un análisis de sangre para evaluar cómo el linfoma afecta al cuerpo y establecer su estadio.

Durante la evaluación, el médico puede examinar áreas como el cuello, las axilas y las ingles para detectar ganglios linfáticos inflamados. Las pruebas sanguíneas incluyen conteos de células y mediciones de sustancias químicas en la sangre, como por ejemplo la LDH.

Dependiendo del tipo de linfoma y la salud general del paciente, se pueden realizar pruebas adicionales. Para la micosis fungoide, si la exploración física y los análisis de sangre son normales, a menudo solo se necesita una radiografía. En otras ocasiones se requiere de la realización de pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TAC) o la tomografía por emisión de positrones (PET). Estas pruebas pueden ser ambulatorias y llevar entre 30 minutos y 2 horas. Algunos casos pueden requerir una biopsia de médula ósea o ganglios linfáticos (aspiración con aguja fina o AAF) para analizar la presencia de células anormales.

Todas estas pruebas determinan qué partes del cuerpo están afectadas y si el linfoma se ha originado en la piel o se ha extendido desde otro lugar. Una vez completadas el equipo médico seleccionará el tratamiento más apropiado.

<< AnteriorSiguiente >>